¿Cuáles son los lugares turísticos para visitar alrededor de Montpellier? Balaruc-les-Bains, el oasis termal del Mediterráneo

A tan solo unos kilómetros de Montpellier se esconde un territorio repleto de sorpresas, donde cada rincón invita a descubrir un patrimonio excepcional, paisajes cautivadores y experiencias únicas. La región del Hérault y sus alrededores combinan tradición mediterránea, historia milenaria y modernidad, ofreciendo a los visitantes un equilibrio perfecto entre cultura, naturaleza y bienestar. Entre estos destinos, Balaruc-les-Bains destaca como un refugio termal de renombre internacional, situado a orillas del estanque de Thau, donde el agua se convierte en fuente de salud y relajación.

Montpellier y sus alrededores: un paraíso turístico en el sur de Francia

La ciudad de Montpellier: puerta de entrada a la región del Hérault

Montpellier, ubicada a escasos once kilómetros de las playas mediterráneas, se erige como un punto de partida ideal para explorar el sur de Francia. Esta ciudad universitaria, que alberga una de las universidades más antiguas del mundo occidental, combina un centro histórico vibrante con una oferta cultural contemporánea de primer nivel. El Museo Fabre y el centro de arte contemporáneo MOCO atraen a los amantes del arte, mientras que festivales de renombre internacional animan las calles a lo largo del año. La proximidad de Montpellier con destinos costeros como Palavas-les-Flots, La Grande Motte y Carnon permite disfrutar de siete kilómetros de playas de arena fina, perfectas para quienes buscan combinar ciudad y mar en una misma jornada.

Riqueza histórica y cultural de los territorios cercanos a Montpellier

Los alrededores de Montpellier despliegan un mosaico de territorios que reflejan la riqueza histórica del Languedoc. Desde la época romana hasta la Edad Media, cada pueblo y monumento cuenta una historia fascinante. El Puente del Gard, acueducto romano que se alza majestuosamente desde hace dos mil años, fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 1985 y representa una obra maestra de la ingeniería antigua que suministró agua a Nîmes durante cinco siglos. La ciudad de Nîmes, conectada por la histórica Vía Domitia que unía España con Italia, ofrece un conjunto de monumentos romanos que testimonian la grandeza de la civilización latina. Mientras tanto, Aigues-Mortes revela su esplendor medieval con murallas imponentes que protegían el puerto estratégico desde el cual partían las cruzadas. La Camarga, tierra de flamencos rosas y paisajes salvajes, completa este panorama con su naturaleza preservada y su cultura única.

Pueblos con encanto y patrimonio histórico cerca de Montpellier

Saint-Guilhem-le-Désert: joya románica declarada Patrimonio de la UNESCO

A treinta y cuatro kilómetros de Montpellier se encuentra Saint-Guilhem-le-Désert, un pueblo que parece detenido en el tiempo. Catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, este enclave enclavado en un valle rocoso cautiva por su arquitectura medieval perfectamente conservada. La abadía románica del pueblo constituye un tesoro artístico que transporta al visitante a otra época, con sus piedras talladas y su atmósfera de recogimiento. Las estrechas calles empedradas serpentean entre casas de piedra dorada, mientras que el entorno natural circundante invita a realizar excursiones por las gargantas del Hérault. Cerca de allí, la cueva de Clamouse ofrece un espectáculo subterráneo único, con formaciones geológicas espectaculares que han fascinado a exploradores y turistas durante décadas. Este pueblo forma parte de las etapas del Camino de Santiago, añadiendo un valor espiritual y cultural a su ya notable patrimonio.

Pézenas y Aigues-Mortes: historia medieval y artesanía local

Pézenas, situada a veintiún kilómetros de Balaruc-les-Bains, brilla por su pasado teatral vinculado al dramaturgo Molière, quien encontró inspiración en esta villa durante sus estancias en el siglo XVII. El centro histórico de Pézenas conserva mansiones señoriales, patios renacentistas y talleres de artesanos donde las tradiciones perviven con autenticidad. Los mercados locales ofrecen productos gastronómicos que reflejan la identidad mediterránea de la región, desde aceites de oliva hasta quesos y embutidos artesanales. Por su parte, Aigues-Mortes despliega un conjunto fortificado excepcional en pleno corazón de la Camarga. Las murallas, que rodean completamente la ciudad medieval, permiten realizar un recorrido elevado con vistas panorámicas sobre las salinas rosadas y los humedales habitados por flamencos. Esta ciudad, construida en el siglo XIII por orden de Luis IX, fue el punto de partida de las cruzadas hacia Tierra Santa y conserva ese aire de epopeya histórica que fascina a quienes la visitan.

Balaruc-les-Bains: el destino termal perfecto del Mediterráneo

Aguas termales y bienestar: los beneficios terapéuticos de Balaruc-les-Bains

Balaruc-les-Bains se ha consolidado como uno de los destinos termales más prestigiosos de Francia gracias a las propiedades excepcionales de sus aguas. El complejo termal, que ocupa dieciséis mil metros cuadrados, recibe diariamente alrededor de cuatro mil visitantes que acuden en busca de tratamientos especializados en reumatología y flebología. Las aguas, que emergen a cuarenta y cinco grados centígrados, contienen minerales que favorecen la recuperación de afecciones articulares y circulatorias. Las curas tradicionales se extienden durante dieciocho días, permitiendo un tratamiento profundo y duradero, aunque también se ofrecen escapadas termales más breves para quienes desean disfrutar de un paréntesis de bienestar sin comprometer demasiado tiempo. El balneario O'Balia complementa la oferta termal con piscinas de agua calentada a treinta y cuatro grados, masajes especializados como el Monceau y el Tui Na, y espacios de relajación que invitan a desconectar del estrés cotidiano. El Parque Sévigné conserva un pediluvio con agua termal, una tradición que conecta con el pasado balneario del pueblo y permite a los paseantes disfrutar gratuitamente de las propiedades del agua.

Actividades y atracciones turísticas en Balaruc-les-Bains y el estanque de Thau

Más allá de sus virtudes termales, Balaruc-les-Bains ofrece un abanico de actividades que permiten descubrir el entorno natural y cultural del estanque de Thau. El paseo Georges Brassens y Laurent Spinosi bordea la península a lo largo de dos kilómetros, regalando vistas espectaculares sobre Sète, Mèze, Bouzigues, Agde y Marseillan. Este recorrido peatonal se convierte en un espacio privilegiado para contemplar los atardeceres sobre el agua y observar las embarcaciones que surcan el estanque. El Jardín Antiguo Mediterráneo presenta siete zonas temáticas dedicadas a la agricultura, la horticultura, lo sagrado, la medicina, la magia, la cocina y la cosmética, ofreciendo una inmersión en las tradiciones botánicas de la región. Los amantes de las actividades náuticas pueden recurrir al centro Manuréva, que propone alquiler de windsurf, paddle y catamarán, además de cursos adaptados a todos los niveles. El alquiler de bicicletas facilita la exploración de rutas ciclistas que atraviesan paisajes de viñedos y lagunas. Los paseos en barco hacia los criaderos de mejillones y ostras de Bouzigues constituyen una experiencia inolvidable, con degustaciones a bordo que permiten saborear los productos del estanque en su entorno natural.

Experiencias imperdibles en los alrededores de Montpellier

Castillos, viñedos y naturaleza: rutas turísticas por la región

La región del Hérault invita a recorrer circuitos que combinan patrimonio arquitectónico, paisajes naturales y cultura vinícola. Villeveyrac destaca por sus viñedos que se extienden sobre colinas suaves, mientras que Mireval es reconocida por la producción de moscatel, un vino dulce que ha conquistado paladares durante siglos. La abadía de Valmagne, joya cisterciense del siglo XII, sorprende por su arquitectura gótica y su bodega instalada en la antigua nave de la iglesia. Montbazin conserva la iglesia de San Pedro, cuyas paredes interiores están decoradas con frescos románicos que narran episodios bíblicos con colores vibrantes. Loupian ofrece vestigios galo-romanos junto a edificios renacentistas, mientras que Gigean presenta tesoros románicos y góticos como la iglesia de Saint-Genies y la capilla de los Penitentes. El Canal du Midi, inscrito también como Patrimonio de la Humanidad, atraviesa la región ofreciendo rutas fluviales sombreadas por plátanos centenarios. Las salidas en autobús y minibús organizadas desde Balaruc-les-Bains permiten explorar destinos emblemáticos como la Camarga, el viaducto de Millau o las gargantas del Tarn, adaptándose a las preferencias de cada visitante.

Gastronomía mediterránea y vinos locales del Languedoc

La gastronomía constituye uno de los pilares del turismo en los alrededores de Montpellier, donde los productos del mar y de la tierra se fusionan en platos auténticos y sabrosos. Bouzigues, principal productor de ostras y mejillones del estanque de Thau, ofrece degustaciones en sus criaderos y restaurantes con vistas al agua. Las ostras de Thau se distinguen por su sabor yodado y su textura carnosa, resultado de las condiciones excepcionales del estanque. Los mercados locales, como el mercado al aire libre en el parque Charles de Gaulle de Balaruc-les-Bains, presentan productos frescos que reflejan la riqueza agrícola de la región: frutas de temporada, verduras cultivadas en huertos familiares, quesos artesanales y embutidos curados. La Cure Gourmande, fundada en 1989, propone delicias tradicionales como navettes, magdalenas, chocolates y turrones elaborados según recetas ancestrales. Los vinos del Languedoc, con denominaciones de origen reconocidas internacionalmente, acompañan a la perfección los platos regionales. El moscatel de Frontignan, vino dulce natural, se degusta como aperitivo o postre, mientras que los tintos de Pézenas y de las colinas del Hérault expresan la fuerza del sol mediterráneo en cada copa. Las bodegas abren sus puertas para visitas y catas, permitiendo descubrir el proceso de elaboración y la pasión de los viticultores por su oficio.